04/04/2007

Esta mañana me he levantado triste, ayer me costo dormirme por el recuerdo de mis seres queridos que se fueron y por el temor de perder a los que tengo aun mas cerca, algo que viendo los últimos años esta sucediendo con una frecuencia preocupante.
Sentado en el suelo de mi habitación contemplo impotente como los cimientos de todos estos años están tambaleándose sin una razón que lo explique, pero parece que hasta los mas fuertes se están haciendo cada vez mas débiles y casi no pueden sostener la realidad que me rodea.
Todo cambia, es ley de vida... pero porque muchas veces las cosas no cambian poco a poco, sino que se precipitan y cambian en un solo segundo, o de la noche a la mañana, y después tienes que sobrevivir sin saber bien que ha pasado, porque ha pasado o quien lo ha provocado, y sobretodo sin saber como arreglarlo.
La guardia sube sola, inconsciente, cada vez que parece que todo va bien y esta en calma, porque la experiencia es la que enseña que en estos momentos, cuando todo parece ir como quieres es cuando el cambio acecha, cuando estas cómodo, cuando estas tranquilo y feliz entonces aparece, siempre aparece.
Se podría llegar a pensar que ese es el motor del mundo y por eso sucede, pero si es así es complicado tener un solo momento de calma en medio del caos, una vez el eclipse frena solo coge fuerzas para volver a lanzarse en su torbellino de cambio y confusión una vez mas y con mas fuerza, mientras solo nos deja unos instantes para respirar y recuperarnos.
Noche y día, día y noche, por momentos cuesta distinguirlos al igual que cuesta distinguir un dia de otro, una temporada de otra, un esfuerzo de otro, o una lagrima de otra, una sombra de un recuerdo, una figura de un amigo, un suspiro de un lamento, un sueño de un deseo...
Cuantas mareas se nos han llevado por delante, y cuantas veces no nos hemos apartado por el simple gusto y la necesidad de que nos arrollasen y nos dejasen destrozados, hundidos y agotados para poder tener unos momentos de paz sin tener que luchar y así poder descansar porque no queda otro remedio y dejarte arrastrar por la arena como un tronco a la deriva.